Razones por las que tu hijo se niega a comer
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- La neofobia (miedo a todo lo nuevo) alcanza su punto álgido en torno a los 18 meses y la neofobia a la comida es muy frecuente a esta edad. Se trata de un proceso que todos los niños pequeños sufren en algún momento de sus primeras etapas de vida y que se produce en torno al momento en que el niño aprende a caminar y a moverse de forma independiente.
- Cambios: los niños pequeños son muy temperamentales y los cambios que se producen en su desarrollo los hacen especialmente sensibles.
- Crecimiento y menor apetito: un ritmo de crecimiento se enlentece alrededor de los 2 años, muy relacionado con que el apetito también se reduce.
- Demasiadas distracciones: los niños pequeños se distraen con facilidad y si esto ocurre cuando llega la hora de comer, menos comerán.
- Cansancio: tu hijo puede estar demasiado cansado para comer.
- La dentición y la enfermedad: ambas influyen en el apetito de tu hijo.
QUÉ HACER SI TU HIJO NO QUIERE COMER
- Prepara a tu hijo para lo que le espera en el plato. A los niños pequeños no les gustan las sorpresas inesperadas en sus platos, así que asegúrate de incluirlos en la planificación, la compra y la preparación de las comidas.
- Reduce el tamaño de las comidas y de las porciones. A menudo, los niños pequeños pueden sentirse abrumados por la cantidad de comida que se les pone en el plato y eso puede disuadirles de querer comer.
- Los platos vacíos no son el objetivo. No obligues a los niños pequeños a terminarse todo lo que hay en el plato. Obligar a tu hijo a comer más de lo que le apetece es anular sus señales internas naturales de hambre.
- Utiliza platos divisores con al menos dos "alimentos seguros" que sepas que les gustan. Sin embargo, procura no caer en el hábito de utilizarlos siempre: reserva los platos divisores para servir un alimento nuevo junto a dos alimentos seguros un par de veces a la semana.
- Evita ser repetitivo con las comidas.
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